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Relato 6. ¡Por el amor de Dios!

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Jesús Wong Wang: Pol enésima ves, comisario Lamíres, soy JesuClisto,     -¿le suena de algo, no?- el Mesías, el ledentol, el salvadol de los hombles, el hijo de Yavhé… y he vuelto para anuncial el fin de los días y lestablecel el leino de Dios. Amén.    Comisario Ramírez: Un momento, un momento, no corra tanto, Jezucito, que me pierdo. Usted dice que es el hijo de Dios pero oiga… ¡usted es chino! Y con todos mis respetos, un chino de estos de bazar barato, de los que come cerdo con salsa agridulce, vamos, que aparenta ser un chino corriente, uno más de los mil quinientos millones que tenemos por el mundo. Y yo aunque soy agnóstico de cojones y mi única religión es el Real Beti Balompié, diría que esto de tener rasgos orientales a lo Bruce Lee, quillo, no acaba de dar credibilidad a su relato. De todos modos, recapitulemos porque como le decía, hay muchas cosas que no encajan y me gustaría aclarar. Paso a paso. Según la ficha policial usted es Don Jesús Wong Wang alias “Jesu

Relato 5. Un mundo de locos.

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Mire, voy a serle franca que hace mucho que nos conocemos. Cuando usted solicitó mis servicios esotéricos me dijo que era porque podían existir indicios paranormales en las conductas de algunos de sus pacientes. Pero oiga, sin acritud, aquí no hay más que perturbados. Empiezo a pensar que usted no me toma en serio. Y yo soy bruja pero una bruja de las de antes, ¿eh? No como estas impostoras de la tele: la Loli, Manoli o la Pepi, que son una vergüenza para la profesión. A esas sí que habría que ponerles 3 velas negras, por farsantes. Yo, en cambio, soy… -¡la gran Bruja Carmina!-. Última descendiente de las Brujas de EastWood Rock. Usted sabe que soy una leyenda viva, doctor. Sabe que ya a los 12 años tuve mi primera visión y predije que mi gato se comería el hámster de mi hermano. Y atiné y mi hermano se quedó sin mascota. Igual que presagié que perdería la virginidad a los 16. Y el mismito día que los cumplí, oiga, tal y como lo había vaticinado, el Pancho me llevo al hue